26 enero 2006

Baile de máscaras

El Duque entró en el gran salón, la holgada capa formando un círculo a su alrededor, la máscara cubriendo sus facciones hasta la boca. Le acompañaba Júpiter, el Sol mismo, que ya le había manifestado su enfado y su protesta por el disfraz que el Duque vestía sin reparo.
En el interior, gran cantidad de cortesanos disfutaban ya del alegre y banal entretenimiento. Las conversaciones insulsas surgían profusamente, entre encendidas loas a los disfraces y encendidos cortejos totalmente reglados según las convenciones del momento. Danzantes pertrechados como villanos, dioses, héroes o entidades naturales se movían en fluctuantes e impredecibles grupos, como sémola browniana dentro del puchero. Era un día de gran alborozo: había que celebrar que se cumplían seis años y cinco meses de hegemonía del actual (y Eterno) Emperador.
El Duque avanzó, imperturbable. Sabría que estaba condenándose socialmente. Nadie podía violentar las reglas del juego y esperar no ser crucificado por ello. En la Corte, donde la lengua era más letal que la espada, sólo sobrevivía quien mejor se adaptaba a lo que la gente gustaba. Y se notaba, por ejemplo, en los disfraces.
La temática, desde luego, era decidida por la Corte. Nadie sabría decir quién la había escogido, y probablemente todos, a título personal, negaran tener algo que ver con la elección. En definitiva, interesaba el morbo. Los disfraces de villanos, de infames maleficientes, eran la norma. Aquí un Polifemo, allí, menos poético, un Bruto armado de fierro en busca de su César. Aquella, una dulce Dafne que miraba lascivamente a un Apolo, sólo para bajar vergonzosamente la mirada cuando se encontraba con la del revestido de dios, en un gesto más que elocuente. Una Lucrecia Borja tan tierna como perversa, un Cronos ensangrentado con un brazuelo crudo de conejo simulando a su hijo. Los más osados (y los de más éxito social) se atrevían a vindicar incluso figuras cercanas en el tiempo, de bandoleros pocos años ha colgados o republicanos conspiradores del vecino país. Y decenas de disfraces indefinidos: algo de desprecio por la vida, la salud y la bondad, aspecto entre grotesco y seductor. Suficiente para garantizar el éxito en un entorno en el que la autodestrucción, el retorcido código de honor del criminal y estaban de moda, porque desafiar al sistema estando disfrazado, para luego quitarse las vestimentas y volver a adular al Emperador, es sin duda un buen método de catarsis. Y sin riesgos.

Por eso resultó tan llamativo el disfraz del Duque. Él lo esperaba, no obstante. Quienes no esperaban aquello eran los invitados. Uno podía entender que, aparte de los modernos y transgresores, quedasen aún cortesanos, chapados a la antigua, que se caracterizaran como los arcaicos modelos sociales. Hombres de viejas familias y viejas formas de pensar que se vistieran de caballeros andantes, justos reyes de la Antigüedad o grandes guerreros griegos. Mujeres disfrazadas de santas mártires, de doncellas de Lorena, de sufridas esposas de los dioses que aguantan con resignación ser burladas por sus incorregibles maridos. Disfraces de personajes obedientes y bienintencionados, personajes presos de sus palabras y una asfixiante moral impuesta. Personajes virtuosos que ante la fusta del amo se quedan quietos y esperan el siguente golpe. Todo eso, aunque demodé y visto no sin sarcasmo en los círculos de los jóvenes y aguerridos rebeldes de salón, era comprensible, pero lo que se oyó al paso del Duque no era un murmullo de burla, sino de indignación.

El Duque, el excéntrico Duque, había cometido una superficialidad imperdonable: se había atrevido a disfrazarse de sí mismo.

23 enero 2006

Reflexiones épicofantásticas, parte I

Estaba el otro día pensando mientras estudiaba química de heterociclos y se me ocurrió pensar por qué la vida es así. Tan complicada. Por qué no podría ser más fácil. Y la frase se acabó sola: Como en un juego de rol.
La verdad es que todo sería más sencillo. O más divertido. O más sangriento. O un poco de cada.
- Cariño, me voy a trabajar.
- ¿Dónde vas hoy?
- Al abismo de la Muerte Insondable, a luchar contra la Bestia de Krangaroth. Nada, estoy sustituyendo al Paco el chico de la Pescatera que está con gripe.
- Este año la pilla todo el mundo, ¿eh?. Hala, llévate la basura que es de pescado y huele, y acuérdate de comprar pan a la vuelta.
Una duda que me surge es si los héroes de fantasía están sindicados. Me imagino a los de Comisiones de piquete en la puerta del castillo: Por un curro digno - Hachas mejor afiladas. Ya sabéis, Esto nos pasa por una deidad facha y todo eso. Porque tiene que ser jodido trabajar de héroe, eh. Claro, uno lo ve muy bonito, una vida de gloria y honor, todo el día rescatando princesas y matando dragones, pero tiene que ser una putada no poder ni irte a tomar una cañas, porque todo el mundo sabe que en cuanto te sientes a la mesa entrará un anciano moribundo ahí a dar por culo, que si salva a mi hijo que se lo ha llevado el Conde, que si la bestia del pantano come gente, que si el Inserso ya no es lo que era..., joder, si fuera yo me tapaba los oídos y a tomar por culo. ¿Dónde estará el Alzheimer cuando se necesita?
Además sería una putada muy grande eso para encontrar trabajo. Mandas el currículum, vas a la entrevista...
- Hola.
- Hola, buenas.
- Thronfindir el enano, ¿no?
- Sí, soy yo.
- ¿Qué experiencia tiene?
- 15638 puntos, nivel 4.
- En su currículum dice usted que es Ingeniero Industrial, especialidad Mecánica...
- Así es...
- ¿Se puede saber cómo coño ha aprobado Campos teniendo un +0 en Electromagnetismo?
- Eh... yo...
- Y además tiene usted Inteligencia 10 y Sabiduría 12.
- Sí, verá...
- En el anuncio ponía claramente Abstenerse licenciados en Lérida.
- Ya le dije a mi padre que a Lérida no, pero no me hizo caso...
- A ver, tíreme Carisma a ver si me convence.
- Un 6.

- Valeee, ya le llamaremos.
Yo me imagino que en el fondo la cosa no cambiaría mucho. Seguro que en el Heraldo de Bajomontaña hay anuncios de los de Semielfa, Montaraz, nivel 5, gustando Seguir rastros y Abrir cerraduras, busca varón similar para tiradas enfrentadas de Oratoria o lo que surja, y de los de Enana, operada, 110, Carisma 18, Discreción 80%, en apartamento y salidas, cimmerio completo 5 piezas de oro.
Porque eso es otra cosa que me trae de cabeza: ¿por qué coño ningún juego de rol tiene habilidades sexuales? ¿Acaso alguien insinúa que es más importante Tallar gemas que saber echar un wiki? Roleros tenían que ser.

12 enero 2006

Ave fénix

No voy a dejar de escribir en el blog, pero ya se ha visto que últimamente le doy otro enfoque.
Me he cansado de escribir reflexiones, consejos, ideas, pensamientos. No sirven para nada. A nadie le resultan valiosos. Para eso me los quedo para mí y para comentárselos al oído a quien le interesen. Al fin y al cabo, de lo único que sé hablar es de química.
Así que voy a seguir escribiendo, pero escribiré anécdotas, comentarios de películas y libros, referencias a cosas que vaya haciendo. Y punto.

11 enero 2006

Comentario: The draughtsman's contract

El contrato del dibujante (The draughtsman's contract)
Director : Peter Greenaway
Guión : Peter Greenaway
Fotografía : Curtis Clark
Música : Michael Nyman
Montaje : John Wilson
Sinopsis: en 1694, la señora Herbert insiste en contratar a un dibujante, el señor Neville, para que haga 12 dibujos sobre la casa y los jardines de su marido, como regalo a éste para reconciliarse. El señor Neville accede, a cambio de que la señora Herbert se comprometa en el contrato a reunirse con él en privado y hacer cuanto él desee.
Todo parece normal, los dibujos progresan sin problemas, pero pronto empiezan a ocurrir extraños cambios en el jardín.

Me ha parecido una película excelente, hacía muchos meses (o años) que no disfrutaba tanto de una película. Ha subido directamente a ocupar una plaza entre mis cinco películas preferidas.
La película es artísticamente extasiante, no en vano Peter Greenaway cursó estudios de pintura. La narración es muy densa, con cada segundo de metraje valiendo su peso en oro, pero lo que destaca con luz propia es el flujo de información al espectador. Greenaway consigue crear una sensación de naturalidad total: el espectador no llegará nunca a saber ni más ni menos que lo que sabría realmente en situación del dibujante. Los diálogos son extremadamente cuidados, no tanto por lo que dicen sino por lo que no dicen y lo que dan a entender, y de hecho tuve que rebobinar uno o dos de ellos y cada poco tiempo parar la película para pensar sobre lo que hasta ese punto sabía.
En definitiva, una de esas películas que dejan con la agradable sensación de que no hay nada que mejorar.

Curiosidad histórica: Tamerlán

Tamerlán (en parsi Timür-i lang), que significa Temür el Cojo, fue un importantísimo caudillo turcomano que forjó un imperio a finales del siglo XIV y principios del XV. Se hizo con el gobierno del kanato de Chatagai, que regía las tierras altas de Asia Central. Dado que no era gengiskánida, no pudo nunca declararse él mismo kan, así que se conformó con el título de kalān amīr, "gran comandante", y colocar uno tras o otro a diversos mongoles de la familia de Gengis Kan como kanes títere. Llegaría a dominar desde Moscú hasta Delhi y desde Siria hasta Mongolia.

Pero lo más curioso es que, cuando murió, fue enterrado en Samarcanda, extendiéndose la leyenda de que aquel que osare violar su descanso eterno atraería grandes desgracias y muertes para sí y los suyos.
Un equipo arqueológico soviético desenterró el cuerpo, finalmente, el 22 de junio de 1941.
El mismo día exacto en que Alemania invadía la URSS. ¿Coincidencia?

01 enero 2006

Feliz año

Aprovechando que estoy ahora de un excelente humor, después de una Nochevieja mucho mejor de lo esperado y un día de Año Nuevo todavía mejor, os felicito a todos el año. Que os vaya todo bien, dentro de lo posible.