05 diciembre 2005

Tartaletas a la antigua

Se coge un recipiente de una cierta profundidad, que no sea superficial, y se mezcla un cuarto de litro de historia y otro de literatura. Se bate bien con cien gramos de matemáticas, cincuenta de física y cincuenta de química, ligándose con unas cucharadas de arte si es necesario.
Se cubre con esta masa el fondo del recipiente; constituirá la base de la tartaleta. La filosofía es imprescindible, aunque debido a su textura lechosa es conveniente espesarla con historia natural. La psicología y la antropología casan muy bien entre sí, y con una pizca de neurología. La geología disuelta en geografía sabe muy bien también si acompaña a una pasta ligera de economía.
Las diversas confituras ingenieras dan un nuevo y muy interesante sabor a la base, realzando las matemáticas y la física.
El recubrimiento de la tartaleta debe hacerse con cuidado; de él depende cómo sabrá en el futuro. Personalmente recomiendo entregarse a lo que más apetezca; comer a disgusto nunca es grato.
El tiempo de horneado también es importante. Es inexcusable mantenerla caliente y cociéndose toda la vida; quien saque la tartaleta del horno demasiado pronto obtendrá pobres resultados.

Suerte en la cocina.

3 Divagaciones:

Anonymous Anónimo divagó...

Soy buena cocinera...¿qué tal me saldrá? :S



PD: estoy poco inspirada.

21:23  
Blogger Oriana divagó...

Pues no parece una receta demasiado complicada, pero la conoce muy poca gente, desgraciadamente.

22:49  
Anonymous Anónimo divagó...

Supongo que lo difícil es meterse en la cocina, pero una vez dentro es un placer ir haciendo las cosas, y luego ver poco a poco los resultados.

17:28  

Publicar un comentario

<< Home